La vida, según Monoaural, puede ser superflua, a menos que se decida lo contrario. Por eso, el primer disco de la banda platense busca crear lazos que dejen de lado el miedo a desnudar las impresiones en público y emocionarse ante el mundo. Luego de semejante aclaración, presentada en forma de agradecimientos en el arte lúdico y artesanal del disco, Monoaural se despacha con 12 temas que invitan a iniciar un recorrido introspectivo, en el que el destino sea convertirse en niños y experimentar con el cuerpo cada una de las melodías. Pero evidenciar los sentimientos también implica permitirse licencias y, claro, romper con la idea de que sólo la felicidad es una emoción destacable. Abrazándose a esos altibajos, Monoaural consigue uno de los mejores momentos del álbum con Para sí, la canción que no sólo pide frenar un poco la vorágine diaria, sino que también jura que “no está tan mal si no estás bien”. Por su parte, los sonidos que atraviesan a Superfluo (que se consigue a bajo costo en La Disquería, en la galería Williams) construyen melodías sólidas con los cambios de ritmo, las guitarras distorsionadas y el bajo protagonizando varias escenas y terminando de completar el clima de placentera exploración que propone abordar las letras. Así, durante 45 minutos, Monoaural desviste al escucha poco a poco, cantándole al oído odas y logrando labrar un terreno de tranquilidad que nada tiene de superficial.
La Pulseada - Año 9, Nº 79, Mayo de 2010
(siempre es mejor la versión en papel)
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