jueves, 29 de octubre de 2009

Mariposas en el estómago


La escenografía importaba, pero tampoco tanto. Los desnudos de los seres y la belleza revoloteando se habían convertido en entes imposibles de resistir (y mientras tanto, una lombriz navegaba en sus entrañas)…

martes, 20 de octubre de 2009

Amigos & Friends en Ciudad Vieja


La big band comandada por Gustavo Arastita (una leyenda del under platense ahora conocido como el Capitán Denis Dalton) mezcló el bolero con la tarantela, el funk y la música tradicional japonesa durante tres horas en el escenario de un bar de La Plata, quitándole el aliento a todo el que se acercó.

Por Carolina Sánchez Iturbe
Fotografía de prensa de Amigos & Friends

La Plata, octubre 19 (Agencia NAN-2009).- Las reglas de juego cambian. Convivir con la prohibición de fumar en los bares es tarea sencilla, pero evitar bailar se hace difícil, más cuando, durante la madrugada del sábado, Amigos & Friends copa el escenario de Ciudad Vieja, en La Plata, prometiendo zarpar en un crucero que recorrerá las melodías del mundo para llegar hasta el centro mismo de la fiesta.
Cuando Gustavo Astarita, el cantante de la banda que también lideraba Míster América, sube al escenario, la gente no evita ovacionarlo. Es que la presencia de uno de los músicos platenses con más trayectoria genera la impresión de encontrarse ante una leyenda del under de la ciudad. Con nuevo nombre --en Amigos & Friends dejó de ser Astarita para convertirse en el Capitán Denis Dalton--, se transforma en un personaje casi de caricatura, que se permite divertirse abiertamente, apoyado por los otros ocho hombres que conforman su big band.
Durante la primera parte del show, la banda interpreta boleros que derriten la mirada de todo aquel que se anime a subir al crucero. El calor creciente que recorre los cuerpos húmedos que se amontonan en ese pequeño bar antiguo, transporta al público a la costa de alguna isla centroamericana donde pareciera no existir mejor plan que disfrutar de la escena con alguna bebida tropical en la mano.
Entre tema y tema, los monólogos de Astarita se suceden, relatando historias plagadas de personajes que sólo podrían convivir en mundos fantásticos como los que Amigos & Friends propone en cada uno de sus shows. La gente ríe y aplaude entusiasmada, mientras los artistas no disimulan la diversión que les genera la situación. Como niños, sonríen para después interpretar otra melodía que, con precisión, obliga a que los hombros se muevan al ritmo.
Sin respetar un orden geográfico, Amigos & Friends recorre el mundo, toma sus melodías y las redefine para convertirlas en sonidos que pasan a ser característicos de la banda. Así, el beat inglés convive armoniosamente con los boleros y los chachachás cubanos, el funk estadounidense, las tarantelas italianas y la música japonesa. La mixtura llega con sabor a comunión y todo pasa a ser una sola cosa, creando la sensación de que sólo estos músicos podrían conjugar géneros tan disímiles y transformarlos en su columna vertebral.
Durante una hora y media, la gente se contiene de bailar. Sin embargo, algunas chicas se abren espacio entre sillas, mesas y personas para sacudirse de la mano, quitándose de encima los resabios de hastío que la semana pudo haberles dejado. Cuando el cantante vuelve al escenario luego de 15 minutos de descanso, no logra siquiera terminar una canción antes de que el público empiece a pedir que se retiren las mesas, al tiempo que se abre camino, corriéndolas, y empieza a bailar. Luego de prenderse una pipa como el capitán de un viejo navío, y viendo a sus espectadores tomar por asalto el espacio, Astarita anuncia que la revolución ha llegado.
Los cuerpos festejan la batalla ganada de la mano de una rumba. La pista de baile se arma y ya nadie puede resistirse. Tras una cantidad incontable de whiskies, un hombre se desabrocha la camisa y, con los brazos extendidos, grita hacia el escenario: “I love you, I love you”. Y gira para sumarse al resto de la gente que, con la piel abrillantada, se mueve sin cesar. Una fiesta no admite muchos preámbulos, así que la banda evita monologar y, en cambio, procura quitarle el aliento a todo el que se acercó hasta el bar.
Poco a poco, la gente parece perder la cordura luego de haber dejado de lado cualquier signo de timidez. Salta extasiada, baila sin seguir ningún ritmo determinado, se deja llevar por la marea que provoca el movimiento de los demás cuerpos y celebra. Una mujer se sube a una banqueta y aletea sin cesar. Cada tanto, como si no soportara los impulsos que la invaden, le declara su amor al cantante, que no llega a oírla, claro.
Amigos & Friends anuncia el final del festejo e inmediatamente dos chicos golpean con las manos la madera del escenario al tiempo que gritan una y otra vez: “Injusticia, injusticia, injusticia”. Segundos después, Astarita vuelve a escena vestido de jeque árabe, secundado por sus compañeros. Mientras la banda le canta a Alá, el público le hace reverencias agachando la cabeza.
Una versión instrumental de "Pinocho" extiende por algunos minutos el juego. Se hace imposible no rememorar al viejo hospital de los muñecos al que llegó el pobre pinocho malherido. Sin embargo, los recuerdos se diluyen cuando el Capitán Denis Dalton le pide a su tripulación que se haga chiquitita. La gente se hace bollito en el suelo y espera paciente a que la melodía dé la orden. Cuando llega el momento, todos saltan de lado a lado, aferrándose a quien esté cerca.
Cuando los músicos se bajan del escenario, esta vez sin vuelta atrás, el público repite que eso es una injusticia. Pero inmediatamente deja de hacerlo porque esa noche, en ese bar de La Plata, ninguna injusticia se cometió. Al contrario, durante tres horas la gente pudo hermanarse para conquistar una pequeña revolución a favor de la celebración.

www.agencianan.com.ar

sábado, 17 de octubre de 2009

FestiFreak, el semillero de los nuevos realizadores


Con producciones nacionales e internacionales, y un concurso de cortometrajes destinado impulsar a nuevos realizadores, comienza la quinta edición del Festival Internacional de Cine Independiente de La Plata.

Por Carolina Sánchez Iturbe
Fotografía de The Dark Flack (www.thedarkflack.com)

La Plata, octubre 16 (Agencia NAN-2009).- Seis hombres y mujeres trabajan sin pausa en la oficina 219 del Centro Cultural Pasaje Dardo Rocha. Con la vista de la ciudad bajo sus narices, se mueven con velocidad mientras intentan ultimar detalles para, por fin, después de un largo año de trabajo, dar inicio a la quinta edición del Festival Internacional de Cine Independiente de La Plata - FestiFreak (FICIFF), que se llevará a cabo en la capital de la provincia de Buenos Aires hasta el 25 de este mes. AL igual que los años anteriores, el evento promete resumir a través de pequeñas historias cuál es el futuro del cine en Argentina.
Durante los diez días de proyecciones, las salas que conforman el circuito del evento ofrecerán largos y cortos de producción nacional e internacional. Sin embargo, no es la sola exhibición la meta final del FestiFreak. Los seis cerebros creadores del evento, el Grupo Freak, decidieron destacar la labor de quienes producen cortos. La acción va de la mano de la idea y, según afirma Joaquín Almeida, uno de integrantes del grupo mentor, se apunta a estas producciones porque el objetivo principal del festival es “impulsar a los nuevos realizadores, ser el semillero de nuevos directores”. Es que quienes realizan los cortometrajes que se proyectarán en dos de las salas de la cadena de cines de la ciudad platense y en el espacio Pasaje Dardo Rocha, para luego competir por el premio mayor, se encuentran recién en la línea de largada de su carrera cinematográfica. Entonces, para ellos, esta exposición llega con forma de buena noticia. “Los participantes pueden ver sus realizaciones proyectándose para el público, pero además para un jurado compuesto por periodistas, curadores y productores que, al conocer a estos nuevos creadores, pueden convocarlos para otros trabajos”.
Como si el deseo de promover el surgimiento de ideas se hubiera agigantado con el paso de estos cinco años que el grupo Freak lleva como currículum, en esta edición la apuesta fue redoblada: por primera vez se implementó el FestiFreak Produce, a partir del que los realizadores ganadores tuvieron la posibilidad de filmar sus guiones y convertirlos en películas que serán proyectadas no sólo durante el festival, sino también en varias salas del país en el marco del FestiFreak Itinerante. “El FestiFreak Produce es un salto gigante, ya que por primera vez el festival costea integralmente, con la ayuda de la Dirección de Cultura y Educación de la Provincia, la producción de seis cortometrajes, siguiendo con la línea de incentivar a los nuevos realizadores”, asegura con satisfacción Almeida.
Si bien el trabajo que tuvieron que emprender para poder llegar al inicio del evento con todas las producciones listas fue arduo, el organizador no intenta disimular el orgullo que le genera la tarea cumplida. Es que a través del FestiFreak Produce no sólo se pudieron materializar proyectos de creadores inéditos, si no que también se logró sembrar la semilla en quienes, posiblemente, sean los futuros directores audiovisuales de la provincia de Buenos Aires: “Hubo grupos de estudiantes secundarios que pudieron plasmar esos guiones que habían hecho en la escuela de su barrio en la producción de tres cortos realizados con equipos profesionales de La Plata. Para ellos, fue una experiencia impresionante”.
A raíz de la crisis económica mundial, Almeida sostiene que el FestiFreak se vio obligado a “ser achicado”, por lo que los organizadores decidieron reducir el número de funciones y poner el acento en “mejorar la calidad de exhibición de las películas para que los participantes estén lo más cuidados posible, dentro de lo que podemos hacer seis personas en la Argentina del 2009 en La Plata”.
No obstante, hay más razones para festejar el nuevo logro alcanzado por los Freak, ya que su puesta en marcha también es una manera de promover el turismo cultural en la ciudad. Con los ojos cansados, pero sabiendo que la tarea recién está por la mitad, Almeida jura que la utilización del hipódromo de La Plata como locación para el rodaje de los seis cortometrajes ganadores tiene razón de ser. “Nosotros queríamos mostrar otro espacio que no se exhibe tanto y que para filmar es muy dúctil porque puede ser transformado”, afirma.
Si bien son seis las mentes que año tras año trabajan para que el FestiFreak pueda realizarse, el organizador asegura que, finalmente, para la puesta en marcha del festival el grupo crece hasta albergar alrededor de 50 personas que no sólo colaboran para la presentación de los cortos en competencia, si no también para cumplir con la abultada agenda de eventos que acompañan a los audiovisuales durante la semana de proyección y que incluye recitales, musicalización en vivo de cine mudo, proyección de largometrajes y presentación de videoartistas, entre otras cosas. Así, una de las grandes participaciones de este año llegará de la mano de Oktopus.tv, un grupo de artistas audiovisuales chilenos que el 22 realizará una intervención urbana en la fachada del Pasaje Dardo Rocha.

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Y sí seguís explorando? (si total, no nos vamos a dormir...)

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