Imposible imaginar un mejor final. La felicidad acompaña desde hace rato y, sin embargo, nunca deja de ser sorpresa.
Imposible imaginar un mejor principio. Las sonrisas amigas abundan, se hacen carne y no regatean su fidelidad; incluso las más nuevas, incluso desde la distancia.
Imposible imaginar un mejor principio. Las sonrisas amigas abundan, se hacen carne y no regatean su fidelidad; incluso las más nuevas, incluso desde la distancia.
La vieja casa alberga la calidez que alguna vez logró transformarla en hogar. Y un padre exhibe la inmensidad de su alma y abraza, aunque para ello no utilice sus extremidades.
Mientras tanto, extrañarlo a él, con la certeza de que pronto sus besos serán cercanos, es un placer maravilloso que se asienta en la convicción de estar en el lugar indicado (y ante el ser indicado).
Estoy desnuda y no puedo imaginar un mejor final. Tampoco un mejor principio. Este sí es tiempo de celebración.
Mientras tanto, extrañarlo a él, con la certeza de que pronto sus besos serán cercanos, es un placer maravilloso que se asienta en la convicción de estar en el lugar indicado (y ante el ser indicado).
Estoy desnuda y no puedo imaginar un mejor final. Tampoco un mejor principio. Este sí es tiempo de celebración.
(*) parte de “SeresTar” de Monoaural.