sábado, 17 de septiembre de 2011

Santiago Asef y la travesía de hacer un documental a caballo


El cineasta platense trabaja desde hace más de tres años en su primer largometraje, aquel que intentará retratar el trayecto que ocho jinetes emprendieron desde Jujuy hasta la Ciudad de Buenos Aires con el único deseo de homenajear a la patria por los festejos del Bicentenario. Según el realizador, la primera serie de proyecciones se realizará en diciembre, en Las Flores y Ayacucho; luego el film recorrerá todo el país.

Por Carolina Sánchez Iturbe
Foto de The Dark Flack (www.thedarkflack.com)

La Plata, septiembre 16 (Agencia NAN-2011).- Ocho jinetes emprendieron una travesía a caballo por el país, esperando llegar a Buenos Aires durante los festejos del Bicentenario de la Revolución de Mayo. Santiago Asef, un joven cineasta platense, los acompañó, filmando sus pasos y soñando con un largometraje que no sólo mostrará el viaje entre San Salvador de Jujuy y la Ciudad de Buenos Aires, si no que, además, pudiese ahondar en los detalles de esos ocho andantes que emprendieron semejante viaje con la única intención de homenajear a la patria y, claro está, a través de sus miradas retratar las cotidianidades de los pueblos visitados. Un año después de la travesía de 64 días, el documental es casi una realidad: tiene nombre y apellido (Bicentenario, un viaje a caballo por Argentina) y cuenta con un work in progress que fue presentado en la Feria del Libro de la Rural. “Terminar una película es algo colosal, costoso y sacrificado; un camino empinado. Empezar a darle forma es, por momentos, estar en las tinieblas y bastante solo. Cuando me surgió la idea de hacer Bicentenario…, no contaba con la experiencia para ganar algún concurso o subsidio, y tampoco con una economía personal como para apostar y sustentarlo. Tenía sólo una idea que creía buena. Y en eso nunca dejé de creer”, resalta Santiago dispuesto a reflexionar con Agencia NAN sobre los motivos que hicieron que su película lleve a esta altura más de un año de postproducción.
Sin embargo, 18 meses no son nada para Asef. Es que tanto para él como para los gauchos, esta travesía y su consecuente documental llevan ya varios años a cuestas: “Todo empezó hace bastante tiempo. Los jinetes ya venían organizando esta travesía desde 2007 y habían hecho una parecida en 2005, uniendo Buenos Aires y San Miguel de Tucumán. En un viaje que hice a Las Flores, uno de ellos, Jorge Guerendiain, me comentó esto que venían planeando; unir a caballo los Cabildos testigos de los acontecimientos de 1810 como homenaje para el Bicentenario. Era abril de 2008 y yo hasta ese momento no sabía nada de las cabalgatas ni de La Marcha de los Cabildos --nombre puesto por los jinetes a esta travesía--, pero al escucharlo en seguida se me dibujó una película en la cabeza. Tardé cuatro segundos en decidir que había algo ahí y entonces le dije al gaucho: ‘Jorge, yo voy a hacer una película con eso’”.
Como si se hubiese tratado de un momento premonitorio, o del desarrollo de la virtud de un visionario, aquella decisión a largo plazo que Santiago tomó en el otoño de 2008, pronto comenzó a cobrar forma, entusiasmándolo aún más y permitiéndole acariciar de cerca lo que sería su primer largometraje. Entonces, llegaron las certezas. “Supe que era la oportunidad para mostrar un abanico de paisajes, acontecimientos y personas dando reflejo de nuestra identidad argentina. Además de poder brindar un testimonio de época, por ser la vigilia de una fecha histórica. Un documental sobre gente común brindando un homenaje a toda la patria”, asegura convencido y dispuesto a describir como lentamente fue acercándose a los ocho jinetes que pronto se convertirían en compañeros de ruta, para luego gestar progresivamente la película “de ambos lados, hasta casi fusionarse en el mismo proyecto”.
Cuando ya los caballos habían iniciado la marcha, Santiago pudo ver que su premonición había estado en lo cierto. Mientras un sinfín de paisajes se desarrollaban a su alrededor, logró entender qué era lo verdaderamente atractivo de la travesía, esos pequeños detalles que la hacían única: “Los que me atrajeron son esos momentos donde se ve al grupo de jinetes haciendo, viviendo, sufriendo y disfrutando del viaje; las discusiones, las chicanas, las charlas con otros gauchos. Esas escenas que finalmente serán de drama o comedia, son el corazón de la película y se articulan con la otra mirada que contiene el documental, que es más periodística si se quiere. A eso se le suman los desplazamientos a caballo por lugares inhóspitos que son mostrados en tono de aventura, andando cuesta arriba y cuesta abajo en las sierras de Guachipas, cruzando ríos caudalosos, como el San Antonio, o atravesando grandes extensiones planas y monótonas como el salitral del suroeste de Santiago del Estero”.
El diario de viaje sobre ocho paisanos que se propusieron rendir homenaje a los revolucionarios de 1810 es una buena idea y, además, para Asef, se presenta como una gran vivencia: “Nuestros gauchos-jinetes despertaban un sentimiento muy fuerte e impensado en la gente. La gente del norte del país siente estos actos con verdadera devoción y los entiende en su fase más terrenal y emocionante. Por momentos, en el andar minucioso, pude sentirme orgulloso de ser parte de una comunidad tan grande y diversa. Además, responder a un Viva la Patria gritado por un gaucho norteño en medio de un desierto son cosas que no vivo todos los días”.
Durante ese recorrido de 64 días, Asef también se enfrentó a sus propios límites como cineasta, permitiéndose construir lo que ahora es entendido como una práctica no sólo enriquecedora por el material registrado sino también por la capacidad formativa que encierra. De ese modo, durante el “matrimonio de doce personas” (conformado por ocho jinetes, un chofer de camioneta y tres trabajadores abocados al documental) que mantuvo durante más de dos meses, las enseñanzas fueron muchas. “Filmábamos todos los días y a cualquier hora y los jinetes siempre estaban dispuestos, aunque teníamos que mantener un equilibrio para no cansarlos a ellos y para no cansarnos nosotros. No es sencillo estar concentrados tanto tiempo, pero a su vez suceden cosas y hay que estar preparados. Para nosotros, como realizadores, era como vivir dentro de una película las 24 horas. Tuve que manejar mis ansiedades y comprender y coordinar los ánimos del resto”, señala para luego destacar los lazos que además le dejó la travesía: “Disfrutamos mucho el viaje y tengo certeza de que nos marcó para siempre. Un viaje como este, te une”.
Frente a un trayecto tan rico como el que recorrió Asef junto a sus gauchos, no es posible imaginar un final de recorrido mejor que el de los festejos del Bicentenario que, con una multitud reunida en las calles, lograron erizar la piel de más de uno. “Aunque una de las tesis que manejaba para realizar este trabajo se basaba en la improvisación y en no programar demasiado, apostando por la espontaneidad, la fantasía de la película estaba bastante pautada por el recorrido y mucho más por el punto de arribo; teníamos que llegar al Cabildo de Buenos Aires el 24 de mayo a las 23:45, prestos a esperar el primer segundo del Bicentenario. Mi preguión de especulaciones decía que, al contrario de llenarlos de emoción, a los gauchos protagonistas les tenía que hacer ver en sus rostros lo importante de todo el viaje realizado y de la responsabilidad de transmitir los mensajes aprendidos. Había soñado con ese momento por dos años y sucedió tal cual”, describe para luego añadir entre risas que el único agregado que encontraron sus suposiciones fue que esa noche había 2 millones de personas en la calle.
Actualmente, los ocho jinetes junto a Santiago y el equipo de realizadores esperan a que Bicentenario… sea terminada. Luego, vendrá el estreno y el redoble de apuestas. “Haremos una serie de presentaciones en diciembre. Las primeras proyecciones serán con seguridad en las ciudades de donde son los jinetes protagonistas, Las Flores y Ayacucho. Estas funciones serán muy divertidas porque creemos que todos irán a ver la película de sus vecinos. En ese orden de prioridades, también estamos planificando un viaje que recorra nuevamente los pueblos y ciudades por donde pasó la marcha a caballo para compartir el documental con toda la gente que conoció y participó de la propuesta. Y a partir de ahí, veremos. En nuestra página web colgamos una encuesta y una ficha de inscripción para todos aquellos que se sientan identificados y quieran verla. Pondremos todo nuestro empeño en que se proyecte en todo el país. Felizmente, ya hemos recibido muchas invitaciones de localidades del interior”, sostiene Asef entusiasmado, todo para pronto y entre risas resumir con una única frase el espíritu que ese estreno, como el documental y su rodaje, encierra: “¡Viva la Patria!”.

Web: http://www.bicentenariopelicula.com/

Agencia NAN (www.agencianan.com.ar)

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Y sí seguís explorando? (si total, no nos vamos a dormir...)

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