Justo enfrente de la Jefatura de Policía, y dispuesto a contrastar a fuerza de libertad y creación artística de buena calidad, funcionó durante casi una década uno de los bares más recordados por los rockeros platenses: El Boulevard del Sol.
Por Ana Clara Bórmida y Carolina Sánchez Iturbe
Foto: gentileza de Míster América
Por Ana Clara Bórmida y Carolina Sánchez Iturbe
Foto: gentileza de Míster América
"Fue el mejor bar de La Plata.
La jefatura le daba un toque de adrenalina bien sustancioso;
en cuanto a las mujeres, las pocas que agarré estaban refuertes,
no sé si eran bellas, pero eran cálidas como un carbón que se cae del infierno”
Enrique Symns*
Que un lugar que se encuentra justo enfrente de la Jefatura de Policía se transforme en el centro de reunión de cuanto artista ande suelto puede parecer un milagro. Sin embargo, en el Boulevard del Sol no operaba ninguna fuerza divina; la convivencia con los uniformados tuvo sus altibajos, pero logró mantenerse en pie durante casi 10 años.
Tampoco es posible imaginar que en una casa de arquitectura colonial y habitaciones bien distribuidas se montara un antro rockero, justo al lado de la meca de la Bauhaus en América Latina, representada en la construcción que le había encargado al famoso arquitecto Le Corbusier el médico platense Pedro Curutchet. Pero todo es posible en La Plata.
Desde que a mediados de los ’80 se inauguró, en el Boulevard del Sol solían congregarse los personajes más relevantes de la incipiente escena local. Así, músicos, poetas y artistas plásticos encontraban ahí un lugar donde exhibir sus trabajos, logrando que el bar se convirtiera en un espacio de convergencia multidisciplinaria y en el cuadro de situación justo para un momento de resplandor cultural.
Manuel Rodríguez, uno de los cabecillas de La Secta del Cordero (el programa que se transmite por Radio Estación Sur), recuerda cada uno de los detalles del Boulevard del Sol, a pesar de haber hecho su incursión por el lugar sin contar con más de 15 años de edad. “El Boulevard tenía mucha mística. Ahí, de pronto podías encontrarte a Palo Pandolfo, al pelado de la Bersuit, a Entique Symns y a la Negra Poli con Skay”.
Aunque en el Boulevard la historia no se haya tratado únicamente de bandas, ya que ahí también expusieron artistas de la talla de Cristina Terzaghi y Rocambole y se realizaron jornadas de lectura de poemas de la mano de Gustavo Caso Rosendi, para Manuel, como para el resto de los habitués del espacio, resulta difícil olvidar la marca permanente que dejó el bar de 53 y 1 en el rock de la ciudad. “Era medio como EL lugar del palo”, dice Rodríguez con convencimiento, para luego describir las noches en las que los héroes del blues se apropiaban de cada rincón en zapadas a las que “solía caer Alejandro Medina y Skay”.
“En el ’91, se hizo en el Boulevard un festival/concurso de bandas, en el que tocaron todos los músicos que había en la ciudad en ese momento. Me acuerdo que ganó Peregrinos y eso generó como un run run porque uno de los que laburaban en el bar era Manuel Moretti, entonces siempre quedó el recelo de que el mozo ganara, más porque la favorita de todos era Míster América. Gorriones salió mejor canción con Un ardiente beso, que estaba grabada en un demito de 8 temas que andaba dando vueltas y que lo habían hecho muy casero”, recuerda Manuel en un intento apurado de retratar a todos los artistas que pudo apreciar desde el escenario del lugar. Así, por el boliche pasaron bandas como 40 escalones, Falso Primer Ministro, Señor Valdemar, Flores Subterráneas y Dintona Rumori, que se había conformado con algunos de los miembros de Las Canoplas.
No sólo el rock platense disfrutaba de la calidez que ofrecía el Boulevard del Sol. Sin permitir que 54 kilómetros funcionaran como obstáculo, algunos músicos porteños se acercaban hasta el centro cultural para dar voz a sus proyectos. De ese modo, el sonido de Lions in love, la banda de Daniel Melingo, retumbó en las paredes del bar. También ese mismo escenario fue centro del debut en La Plata de Las Pelotas, cuando presentaban uno de sus primeros trabajos, Corderos en la noche, que había sido grabado de manera independiente y era distribuido en casetes.
En Manuel aún perdura, como un tatuaje, la última visita que le hizo al Boulevard del Sol. Aquella en la que a fines de diciembre del ’92, Pachuco Cadáver, la banda formada por Roberto Pettinato, Willy Crook y Gillespie, fue la encargada de, sin saberlo, musicalizar el ocaso del lugar que supo ser el hervidero de un grupo de artistas talentosos que se retroalimentaban, dándole vida a la escena cultural de la ciudad. El final, como todos los sucesos inexplicables del mundillo rock, no tuvo preanuncios, según recuerda Rodríguez: “en el ’93 siempre estuvieron por abrir, pero nunca lo hicieron”.
* Mail que Enrique Symns le envió a Manuel Rodríguez y que luego él reprodujo en su blog (http://migajasperdidas.blogspot.com)
De Garage – Junio de 2010
(siempre es mejor la versión en papel)
4 comentarios:
Hay algunas imprecisiones, seguramente debidas a los años transcurridos y al castigo neuronal de la época... Manuel Moretti no era mozo del Boulevard sino de El Taller otro bar de la zona (49 e 2 y 3). lamentablemente Lions in Love jamás tocó en el Boulevard ni en La Plata (tal vez se confundan con Pachuco Cadáver (Pettinatto + Piccollini, este último sí un Lion)
los años surtieron su efecto!!! :)
gracias! siempre sirven las aclaraciones que completan a las historias...
abrazos!
Tuve la suerte de estar presente en ese recital debut en La Plata para Las Pelotas, donde Sokol cantó la mayoría de los temas de espaldas al público, con una timidez muy notoria, y en esa noche entre el público recuerdo perfectamente haber visto a Skay con la Negra Poli. Recuerdo imborrable de mis 18 años.
Creo que una de las ocsas que mas me gustaban del Lugar era su patio, cada vez que el vapor etílico volaba por mi cabeza y tenia que salir al patio no dejaba de agradecer ese exterior/interior de paredes chorreantes de humedad asistida por la belleza del paso del tiempo. Recuerdo de la noche que ganaron los Pelegrinos ahi estaba jajajaja, muy fuerte como pasan los años, hermosos tiempos.
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