domingo, 28 de junio de 2009
Tacto
Se estiró hasta que los huesos le dolieron y, agraciedamente, lo sintió. No intentó imaginar rostros ni hacer predicciones rídiculas, simplemente lo abrazó. Después, sin certezas, saltó.
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Y sí seguís explorando? (si total, no nos vamos a dormir...)
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